aenlibertad@gmail.com



Nuevo blog:

POEMAS Y TEXTOS (nombrando paisajes, misterios y silencios) ameliadesola.blogspot.com.es



miércoles, 23 de mayo de 2012

Más sobre mitos: El Hades

Los mitos tienen una curiosa manera de retratarnos. No se trata de nuestra afición hacia ellos, sino de su afición hacia nosotros. Está una viviendo su vida como va pudiendo, y de pronto se da cuanta de que está inmersa en una (una más, coñe) secuencia mítica.
Estos días me venía insistentemente a la mente el Hades, el reino del dios oscuro, Señor del submundo. Un lugar, ciertamente, a visitar y del que aprender. Pero no un lugar para comprarse un adosado e instalarse. Ni siquiera con la bajada de precios. Porque allí viven, entre otros personajes, Tántalo, condenado a tratar de continuo de alcanzar una comida siempre fuera de su alcance, Sísifo, condenado a subir monte arriba una peña que rueda monte abajo cada vez que está a punto de llegar a la cumbre, las Danaides, condenadas a llenar incansablemente, transportando vasijas de agua,  un pozo sin fondo, o, lo que es aún peor, un sujeto cuyo nombre no recuerdo que, por su afición a pasarse la vida en el oscuro reino, se quedó pegado a las rocas, incapaz ya de levantarse y salir.
En todos ellos puedo reconocerme, supongo que como todo el mundo. Como puedo reconocerme en Inanna, en Ereshkigal, en Perséfone, en Psique, en Ulises, en Orfeo, en todos y cada uno de los héroes y heroínas, dioses y semidioses, criaturas del Averno, del Olimpo y de lo que queda en medio. Como cualquier hijo de vecino. No porque nosotros seamos ellos, sino porque ellos son nosotros. Nuestra creación y nuestro retrato. Lo malo es que son fotos fijas. Y que, a la que te descuidas, te quedas atrapado/a en un personaje estereotipado de la humana asamblea interna. Por eso, mejor aprender a entrar y salir. A no engancharse a más cuentos que los de Calleja. Y andarse con cuidado. Yo, tú, ese, aquél y aquél otro. A los mitos, sólo de visita. Hasta que uno, una, unos, unas, se da(n) cuenta de en qué lugar de su paisaje interno (y/o del paisaje interno colectivo) anda. Y aprende. Y va aprendiendo y haciéndose consciente. Aunque sea de mito en mito, y tiro porque me toca.