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miércoles, 2 de mayo de 2012

M.L. Von Franz: Sobre las relaciones


El camino de los sueños
Conversaciones con Marie-Louise Von Franz
de Frazer Boa
Editorial Cuatro Vientos

SOBRE LAS RELACIONES
LIBERACION DEL CORAZON
"En nuestro mundo moderno, conquistamos la libertad sexual. Ahora viene un problema mucho mayor: la liberación del corazón".
La curiosidad es una de las energías primordiales de la psique. A temprana edad, el niño desarma un juguete para ver cómo funciona. A lo largo de la vida repetimos la pregunta: "¿Qué es eso?» y «¿Quién soy yo?".
En nuestra época, la búsqueda de conocimientos produjo conquistas admirables. El hombre llegó a la Luna; hacemos corazones artificiales. Pero a final de cuentas, lo que las personas más esperan de la vida es simplemente amar y ser amadas, y todavía nadie ha descubierto qué hace funcionar una relación, Dios sabe que lo intentamos. Creamos la libertad sexual, el control de la natalidad, bares para solteros, citas por computador, pero estas soluciones externas fracasaron. No pasa un día en que un psicoanalista no encuentre alguien con el corazón destrozado.
Dra. Von Franz, ahora me gustaría que habláramos de los problemas en las relaciones humanas, comenzando con el sueño de una profesional exitosa.
"Soñé que estaba en un balneario desolado, como la playa de la película Muerte en Venecia. Vi un hombre parado junto a un muro y una mujer que caminaba hacia él, Ella se acercó, lo besó y ambos se fueron caminando. Me picó la curiosidad y decidí seguirlos.
Luego estaba en una casa con un biombo japonés. Vi aquel hombre en la puerta. El iba a entrar. De repente se detuvo y miró desconfiado la sombra de la mujer en el suelo, Miré hacia atrás y vi que la mujer se transformaba en una geisha. Estaba toda maquillada. Su apariencia no era la de una geisha clásica, con los ojos rasgados, sino de una mujer caucásica vestida de geisha. Estaba muy pálida, los ojos rojos y tenía sangre en las comisuras. Dije al hombre: Ella regresó a su vida pasada',
En ese momento, la geisha se arrodilló y puso una bandeja con comida sobre la mesa. El hombre estaba ahora en vías de transformarse en un samurai. Había agonía en su rostro, como si sufriera una convulsión. Yo no sabía si la agonía se relacionaba con la transformación física o si era porque él estaba con esta mujer. Ahí termina el sueño.
-Soñante, mujer
Esta soñante se forjó una carrera exitosa, dedicándole todas sus energías. Pero su vida amorosa quedó de lado; así, en el sueño, aparece el lado que ella reprimió. Aún no ha echado raíces en la vida; no sabe cuál es su lugar y de repente surge la pregunta: "¿Qué hacen entre sí un hombre y una mujer comunes? ¿Cómo se relacionan? ¿Cuál es el significado del amor?
La soñante está en un balneario que es el opuesto del lugar donde se vive y echa raíces. Es un lugar temporal donde se está por casualidad. Ahí observa a un hombre en la calle que recoge a una mujer que le interesa, y la soñante los sigue para ver qué pasa. Así vemos que comienza a constelarse el problema de relacionamiento entre hombre y mujer.
Ella los sigue hasta una casa japonesa decorada con un biombo (más adelante, en el sueño, veremos que la cultura japonesa desempeña un papel especial en su situación, por lo tanto, no hablaremos de eso ahora. El biombo simplemente significa que el problema aún está encubierto con discreción. Ella todavía no sabe lo que sucede). Entonces ve que el hombre mira desconfiado la silueta de la mujer en el suelo, la silueta de la sombra, y que la mujer está haciendo el papel de geisha, lo cual es pura actuación, un modo de no ser ella misma. La tarea de la geisha es satisfacer todas las fantasías masculinas sobre el femenino ideal. Ella no puede vivir su realidad femenina. Tiene que actuar y por eso lanza una sombra. Su verdadera feminidad permanece en la sombra, y en el sueño el hombre desconfía de la sombra de la mujer. "¿Cómo será la sombra de una geisha? ¿Cómo será una geisha cuando no está maquillada, cuando no desempeña su papel? ¿Qué clase de mujer será entonces?". Este es el tipo de pregunta que esta mujer tiene en mente.

"Bueno, de adolescente siempre me interesé por las geishas, pues son plásticamente tan atractivas, Su rostro parece una máscara y yo me preguntaba qué había detrás. Las geishas representan refinamiento, la forma suprema de la estética japonesa. No sé si las encuentro atractivas, pero hay cierta sofisticación asociada a ellas".
-Soñante
la boca de la geisha sangra y sus ojos están inyectados, lo que indica que sufre un terrible dolor o tortura. Esto muestra que actuar las fantasías de un hombre, en lugar de ser una mujer en sí misma, es una tortura para ella. Este siempre fue el destino de las geishas. Por ejemplo, los chinos vendaban los pies de las mujeres de clase alta, de modo que quedaban incapacitadas. Y no podían reclamar. Tenían que satisfacer las fantasías de los hombres haciéndose elegantemente irreales, como si no tocaran el suelo, como si no tuvieran pies de campesina.
Los hombres temen el lado terrenal de la mujer. Este lado es su poder, su conexión con la realidad terrenal, y los hombres le temen porque, como percibiera Jung, las mujeres son en verdad el sexo fuerte. Por eso los hombres temen el lado terrenal de las mujeres. Al deformar los pies de las niñas chinas de clase alta, las transformaban en mariposas, en criaturas delicadas, etéreas y románticas. Pero para las mujeres, esto era una mutilación y las geishas son mutiladas completamente. Tenían que reprimir todas sus reacciones femeninas naturales para desempeñar su papel.
Así como la geisha tiene los ojos inyectados, el hombre también sufre alguna forma de tortura. Su transformación en samurai parece causarle un enorme dolor. El samurai es una proyección personal para esta soñante.
"En mi adolescencia en Hong Kong las películas japonesas eran muy populares. Los samurai eran nuestros héroes, físicamente atractivos, tenían un estricto sentido del bien y el mal. Las muchachas estaban locas por los samurai, en comparación con los hombres chinos, en general más bajos"
-Soñante
El samurai es el romántico bienamado de su adolescencia, y el hombre del sueño se transforma dolorosamente en ese ideal. Incluso en el sueño ella reconoce que esto es una regresión. La mujer regresa a una vida pasada, lo que sugiere la intención del sueño.
La soñante emigró a Canadá y concentró todas sus energías en desarrollar una carrera. Ahora que está en la cima, se presenta el problema amoroso, el problema de encontrar pareja y realizar un sueño de amor -y aquí no puede basarse en ningún modelo occidental de relación entre hombre y mujer. Por lo tanto, se produce una enorme regresión al pasado histórico, al Lejano Oriente, donde el modelo medieval de ese relacionamiento era el samurai y la geisha. Pero como las figuras que actúan de samurai y de geisha sufren esa gran tortura, significa que la soñante no puede volver a ese modelo, restringiría por completo su feminidad moderna. Pero al no existir otra alternativa, vuelve al modelo medieval, para luego avanzar y crear o descubrir en su alma un nuevo modelo de feminidad. La tortura en el sueño es el agudo dolor de buscar y no encontrar la propia imagen o identidad femenina.

A nivel colectivo, la búsqueda de su propia identidad femenina ha llevado a la mujer moderna a una rebelión contra el patriarcado. Pero, paradójicamente, esta misma búsqueda hizo que muchas mujeres regresaran a relaciones tipo geisha. Quieren compañía y sexo sin compromiso personal. ¿Cómo se explica esto?
Pienso que hay dos raíces. La más profunda es que muchas mujeres norteamericanas son infelices porque la vida social en ese continente no está suficientemente arraigada. La gente se desplaza demasiado; las mujeres tienen pocas posibilidades de echar sus raíces en la tierra, en un jardín, en una casa, en una comunidad, en un ambiente donde puedan establecerse. Esta constante movilidad agrada a los hombres, pero es desastrosa para las mujeres. Daña sus instintos. Entonces las mujeres quieren sexo a cambio, porque ésa sería su última posibilidad de establecer una conexión con su propio cuerpo, una confirmación de su propia existencia física. Pero es un acto desesperado, un sustituto de algo muy diferente. Es un sustituto de la falta de vida femenina, de un ritmo femenino de vida.
El ritmo de vida norteamericano es demasiado agitado para la mujer. La daña más que al hombre. Tampoco es bueno para él, pero el daño mayor lo sufre la mujer. Y, además, hay todo un mundo de publicidad y la idea social de éxito -las jóvenes tienen que invitar a salir a los muchachos y preguntan a sus amigas: "¿Ya estás saliendo con alguien?", etc. La relación entre los sexos se convierte en una cuestión de éxito, de conquista social, en vez de sentimiento.
Las mujeres pueden manejar el sexo con la cabeza, de una forma completamente fría, sin el menor sentimiento, como un medio de confirmar su autoestima. Piensan: "Debo tener un hombre. Debo tener un romance para probarme a mí misma que soy normal". Pero eso no tiene nada que ver con el verdadero sentimiento instintivo de la mujer. Ella pasa por encima de esos sentimientos con la idea teórica de que debe tener un hombre y relaciones sexuales con él. Todo eso es un frío juego de poder que no conduce a nada.
El instinto sexual es uno, pero hay muchos otros. Existe el instinto de conservación, los instintos sociales y los agresivos. Hay una serie de instintos diferentes. Ningún animal, por ejemplo, tiene sólo deseo sexual. Un perro es agresivo, necesita alimento, afecto, estar con otros perros, etc. Si una mujer separa el instinto sexual como único y lo maneja con la cabeza, se vuelve anti-instintivo porque rompe el equilibrio. La naturaleza nunca escoge un instinto sobre los demás. Mantiene una especie de homeostasis, o equilibrio general entre los instintos. Enciende uno y apaga otro, y así sucesivamente. Si observamos la vida animal, veremos que eso es periódico. El animal tiene fases de instinto sexual, social y de agresividad. Sus ritmos son regulados por una totalidad, por la integridad de su ser. Sólo el ser humano es lo bastante estúpido como para aislar un instinto y regir su vida por él. Naturalmente, al hacerlo se vuelve contra la totalidad del mundo instintivo, perjudicando su propio cuerpo y vida.
Si la mujer no tiene una fuerte conexión con su propia naturaleza femenina instintiva, cae en ese tipo de insensatez. Y entonces maneja sus relaciones tratando de conquistar hombres.
Se los echa al bolsillo y se vanagloria ante sus amigas. Desde luego, esto no tiene nada que ver con sus verdaderos sentimientos femeninos.
Pero parece que estas mujeres tienen miedo de sus propios sentimientos femeninos. Quieren una relación sin compromiso emocional. De hecho, cuando ocurre esto, suelen terminar la relación.
Eso es porque un compromiso emocional trae conflicto. Alguien emocionalmente comprometido con otro ser humano puede ser fácilmente herido y corre el riesgo de malentendidos. Aun la mejor pareja te herirá de vez en cuando. Quedas expuesto, vulnerable, dependiente. Tales mujeres no quieren caer en eso. Les asusta. Temen a las complicaciones del corazón. Prefieren manejar una relación como un frío hombre de negocios, sólo disfrutar el placer y decir adiós. "No tiene nada que ver contigo personalmente", Es un rechazo al destino femenino, que es interesarse personalmente en el hombre y, por lo tanto, quedar vulnerable. ¿Y si pierdes a tu pareja? ¿Y si se fuera con otra? ¿Y si viaja durante años por el extranjero y no regresa? Ese es el eterno sufrimiento de las mujeres.
Las mujeres desean una relación personal duradera, y a los hombres en general no les importa eso, o llevan una vida que les impide hacerlo. Tienen que atender sus propios asuntos. Esta es la tragedia entre hombres y mujeres, tragedia de la cual pretenden huir aquellas que no quieren compromiso personal. Desean huir del sufrimiento y, naturalmente, terminan sufriendo aún más.
En nuestro mundo moderno, las mujeres conquistaron su libertad sexual. Pueden vivir la sexualidad como les plazca; eso dejó de ser un problema. Ahora viene un problema mucho mayor: la liberación del corazón. Ese es el programa para los próximos cincuenta años.
¿Liberación del corazón ... ?
Hay dos tipos de conexión humana. Uno es técnico: el patrón y el empleado, el chofer y el pasajero. Está organizado por reglas, hoy en día incluso por reglas psicológicas (hay incluso programas de entrenamiento para gerentes sobre cómo manejar a los empleados). El otro tipo de conexión humana es a través del sentimiento, de gustar y no gustar, y actualmente esto no cuenta mucho. Una mujer a veces quisiera decir: "Todo esto parece muy lógico, pero siento que algo en mí dice no". Hoy en día nadie prestaría atención a esto. Si ella no puede formularlo en términos de una deducción lógica, todos lo ignoran. No basta decir: "Mi sentimiento instintivo me dice que esto no es bueno". Los hombres hacen lo mismo. También tienen sentimientos, pero los ignoran. Pueden sentir algo raro en el estómago, pero piensan: "Ah, es por el cambio de horario". Lo descartan racionalizándolo. No escuchan las reacciones de su corazón.
Por eso nos recriminan muchos de los llamados pueblos primitivos en los llamados países subdesarrollados, y con toda razón. Sean cuales sean sus deficiencias, escuchan más sus sentimientos. Todavía puedes decirle a un aborigen australiano: "Hoy tengo un mal presentimiento. No saldré del campamento" o "Ese tipo parece estar haciéndonos una buena oferta, pero por algún motivo no me gusta y me quedaré al margen". Pero si se lo dices a un hombre de negocios estadounidense y blanco, pensará: "Ah, las mujeres .....".

¿Cree que corremos el riesgo de erigir un muro de racionalidad en nuestra sociedad, impenetrable al sentimiento? ¿Estamos perdiendo la capacidad de amar y ser amados?
Pienso que ése es el problema número uno en la Era de Acuario. Una reevaluación de la importancia de los sentimientos personales es lo único que podría salvarnos, en Oriente y Occidente, de caer en una sociedad de masas extremadamente racional y organizada que sofoca al individuo. Felizmente, mucha gente está despertando y percibiendo los efectos negativos de esta computarización de la humanidad. Ahora, por ejemplo, tenemos consignas políticas que rechazan la excesiva organización e intervención estatal. Esta masificación de la sociedad se debe a la sobrepoblación del planeta, que exige una organización que sofoca al individuo. El problema es que hay demasiadas reglas, y éstas son siempre impersonales -se aplican a todos.
En las tribus primitivas o comunidades agrícolas, todos se conocen, cada uno se relaciona personalmente con el otro. Los retardados y deficientes mentales no son recluidos en instituciones, porque la comunidad simplemente los tolera. La gente se ríe y dice: "Bueno, tú conoces a fulanito". Recuerdo que al llegar a la aldea donde crecí, se acercó un hombre que dijo: "Mi padre es cleptómano. Roba todo lo que pilla. Si les roba algo, por favor no llamen a la policía. Hablen conmigo y yo les devolveré todo". Así, el pobre viejo cleptómano no necesitaba ser internado. Todos conocían su problema y lo compensaban. Eso es relacionamiento personal. Él, incluyendo su problema, pertenecía personalmente a la comunidad. En una sociedad así, hay menos delincuentes y menos gente en el manicomio. La sociedad ampara y soporta al individuo, dándole un margen de libertad; las personas se encogen de hombros y perdonan, como diciendo: "Paciencia, él es así". La gente es aceptada tal como es. Eso es lo que perdimos. Eso es lo que debemos recuperar de algún otro modo.

LIBERACIÓN DE LA RELACIÓN
"Si uno ama a otro realmente, quiere verlo libre, no atado a una correa como un perro"
-Marie-Louise von Franz
Dra. Von Franz, poetas y filósofos intentan desde hace mucho definir el amor de mil modos diferentes. Aunque usted se negó terminantemente a definir el amor en una conversación anterior, creo que su expresión "liberación del corazón" es exactamente eso -una definición del amor.
Bien, como el sentimiento es mi función inferior, tengo cierta dificultad para expresarlo. La función sentimiento se descuida completamente en la actualidad. En general, la identificamos con afecto y emoción, pero eso es apenas sentimiento inferior. Por ejemplo, en los conciertos de rock, los jóvenes liberan sus sentimientos, pero surgen como emociones fuertes, amar a todos o destruir todo. Sus sentimientos se desbordan por todas partes, no tienen una orientación individual.
En cambio, el sentimiento diferenciado es amar a una persona única precisamente por eso. Es difícil, ya que esto presupone que eres capaz de percibir la singularidad del otro y liberarte de juicios psicológicos esquemáticos. Por último, es algo irracional que tiene que ver con nuestro propio desarrollo. Mientras más nos convertimos en un individuo único, más nos individuamos en el sentido junguiano de la palabra, más podemos ver al otro como un ser único, sin juicios estereotipados. Si notas cómo las personas hablan de la vida ajena, gran parte de lo que dicen es un cliché que no capta la singularidad del prójimo, no la define.
Por lo tanto, liberar el corazón significa lograr lentamente sentir y percibir este aspecto único de la personalidad ajena y amar tal singularidad. No es ese sentimentalismo cristiano almibarado dispuesto a perdonar todo. Al contrario, es un sentimiento muy definido, Las personas con un sentimiento diferenciado incluso se resienten si les hablas en un tono no genuino o haces un gesto falso con la mano. Sienten tu singularidad y esperan que seas auténtico. Esto es lo más importante para un psicólogo, amar la persona genuina del paciente y rechazar abiertamente lo inauténtico. Esto permite ver lo que el individuo realmente es, o lo que la naturaleza quiere que sea. Eso es verdadero amor -amor que cura y hace del otro una persona plena. No tiene nada que ver con sentimentalismo, amabilidad o delicadeza.
¡Claro, todo lo contrario!
Exacto. Es muy cansador. Se necesita estar siempre listo para tener una reacción rápida y precisa a la forma en que el otro realmente es, no es o debería ser. A veces esto aparece en las anécdotas de los maestros zen. El novicio llega con una respuesta no genuina o con una intrincada pregunta intelectual, pero el maestro toca lo más íntimo de su verdadero ser,
¿Recuerda alguna de esas anécdotas?
El maestro dice al novicio: "Ve si queda fuego bajo las brasas". El muchacho va y responde: "No hay fuego bajo las brasas". El maestro le da un golpe en la cabeza y dice: "Sí, hay fuego bajo las brasas". En ese momento el novicio despierta.
Esta ausencia de "autenticidad" es lo que un hombre siente cuando es atacado por el animus de la mujer. El siente que no está siendo ella misma, que no está siendo genuina. Esto crea un problema delicado, con el cual el hombre en general no sabe lidiar. En una ocasión, una sabia mujer dijo: Cuando animus y anima se encuentran, una cosa es segura -¡¡¡animosidad!!!". ¿Qué puede hacer el hombre cuando es atacado por el animus de la mujer?
Podría intentar hablar con ella con sensatez, pero en general simplemente se irrita, cae en un estado de ánimo determinado por el anima y no logra hablar nada. Ella lo culpa por su infelicidad con una voz infantil, quejumbrosa, reprobadora, y él, con su débil sentimiento, se siente torpe, se irrita y no responde, o da un portazo, toma el diario, enciende el televisor y se amurra. Ella se enfurece cada vez más. El animus y el anima se constelan mutuamente en la típica batalla conyugal.
En general, cuando la mujer ataca al hombre con el animus, él queda indefenso. Tiene el vago sentimiento de que si al menos pudiera reubicarla en su papel de mujer, ella estaría bien. Eso es lo que a veces lo lleva a agarrarla, tirarla a la cama y decir: "Eres mujer. No te hagas el hombre". Con eso quiere decir: "Sé mujer. Eres mi mujer. No eres hombre". A veces funciona. En alemán, convencer a alguien es überzeugen, sobre-engendrar al otro, y a veces el hombre logra convencer al animus de ese modo. Sé de muchos maridos que agarran a su mujer y le dicen: "Deja de decir tonterías", y así la reconducen a su posición femenina.

¿Está diciendo que hay lugar para la dominación masculina en una relación?
Naturalmente, hay lugar para que el hombre sea hombre y la mujer sea mujer, o la naturaleza no los habría hecho como son. No es necesario que sea una actitud de dominación. Se puede decir: "Haz el amor con ella". También es una expresión de amor. A veces un hombre logra romper la posesión del animus de su esposa simplemente haciéndole el amor. Todo depende de cómo lo haga. Si sus sentimientos son genuinos, la mujer los captará; si actúa sin ellos, nada sucederá, no funciona. Por eso nunca recomiendo a un hombre en análisis hacer tal cosa, porque sólo estaría actuando. Lo haría porque yo dije, y entonces no funciona. Sólo funciona si él realmente tiene un sentimiento positivo y cálido hacia ella.

Pero ciertamente él debe compadecerse y comprender cuando la mujer le dice sollozando: "-Cómo puedes hacerme esto? Si me tratas así, me iré inmediatamente".
El no necesita tragarse toda esa basura, porque el asunto sólo tiende a empeorar. Debe rechazar esas insensateces y decir: "No voy a escuchar ese tipo de tonteras y quejas". Pero también debe hacer un gesto que le comunique a la mujer que si fuera ella misma, él la amaría.
Para lidiar con una mujer poseída por el animus es necesario que el hombre al mismo tiempo la ame y abofetee al animus. Ahí ella puede sentir: "Cuando soy yo misma, él me ama; cuando no lo soy, se enfurece". Así el hombre ayuda a la mujer a encontrar una salida. Ella empieza a percibir lo que es y no es. Una mujer con un animus negativo fuerte no logra distinguir la diferencia.
Piensa, por ejemplo, en la mujer que descubre que su marido la está engañando. Sus sentimientos femeninos y personales están heridos. Si reacciona en forma femenina, le expresará dramáticamente su dolor. Pero en vez de eso, el animus, su lado masculino, dice: "Esto no puede continuar. 0 terminas con ella o nos separamos. Te doy un plazo. 0 renuncias a esa relación a fin de mes o terminamos".
En este caso, es el animus hablando como abogado. No habla como mujer. E incluso si no lo siente así, sus amigas le aconsejarán que lo exprese de ese modo. Entonces se deja influenciar y dice al marido: "Mira, esto tiene que acabar. No puede seguir. No aguanto más. Toma una decisión". Y así sucesivamente, siempre lo mismo -un abogado hablando. El esposo tiene un vago sentimiento que le dice: "Esta no es mi mujer. Es un abogado que está hablando conmigo". Entonces él explota y después se amurra, o, como sucede a los hombres cuando la mujer se comporta como hombre, queda poseído por el anima, se esconde y empieza a mentir. Esto la enfurece aún más. Ahí se produce la clásica batalla conyugal, animus contra anima, que es la misma en todo el mundo, desde China a Canadá. Puedes hacer un cliché: es siempre el mismo intercambio de palabras. Pero la mujer no se da cuenta de que no está expresando lo que siente. Cree que lo que dice son sus verdaderos sentimientos y opiniones, pero si prestas atención, la frase en general empieza con "no se puede hacer eso". La mayoría de las veces es sólo un cliché impersonal. "Tal situación no puede continuar. Tales situaciones siempre terminan así'. No hay una reacción individual de sentimiento.
Bueno, si el marido la está engañando, ¿qué puede hacer ella?
No hay una regla general. Tiene que seguir el camino del sentimiento. Depende del tipo de aventura que tenga el marido, si ella siente que él necesita eso o que se encamina a un desastre que ella debería impedir. Depende de mil detalles. Por eso no hay una receta general. Puede ser que el marido no haya querido enamorarse. Tal vez eso haya ocurrido en contra de su voluntad, ¿y entonces por qué debería estar furiosa con él? Más bien, debería mirarlo como si estuviera enfermo. Si le da gripe, lo cuida; pero si tiene gripe amorosa, no aguanta.
Si la mujer es fiel al sentimiento, puede percibir las implicaciones personales, apreciar toda la situación en forma muy personal y diferenciada y entonces encontrar en ella la sabiduría necesaria para manejar el problema. Pero si cae en el animus, las reglas colectivas la apartan de su verdadero sentimiento.

Las relaciones a menudo comienzan cuando dos personas se enamoran. Encuentran su otra mitad, su "alma gemela". ¿Qué sucede cuando desaparece esa proyección?¿ Termina la relación?
No se puede decir de antemano. En general, cuando dos personas se enamoran en un segundo, es en base a una proyección, y muchos matrimonios empiezan así. Entonces, inevitablemente, viene un período de desilusión, cuando cada uno descubre que el otro es muy distinto a lo que había imaginado. Son dos extraños que se miran y se dicen: "¿Córno pude?". Y ahí comienza la gran prueba. ¿Pueden construir una verdadera relación después de terminada la proyección, o no queda nada?
¿Cómo pueden saber si es posible una verdadera relación?
Observando los sueños. He trabajado con matrimonios en análisis. Después de superada la ciega obsesión de la proyección de animus y anima, ambos sueñan que por fin podrían casarse, esta vez para siempre. Uno o ambos suenan que van a la iglesia para su ceremonia nupcial, como si el eliminar la proyección les permitiera una verdadera relación, amar con los ojos abiertos. Ambos diciendo sí conscientemente por primera vez.
En nuestra sociedad occidental, muchos tomamos la decisión más importante de nuestra vida basados en esa proyección. ¿Qué piensa de ese modo de escoger pareja?
Creo que es el mejor posible. En el pasado, las familias arreglaban los matrimonios por razones económicas, políticas o familiares. Esta tradición aún persiste en las "buenas" familias de India y China. Y tampoco es muy satisfactorio.
Es mejor dejarlo al destino. En muchos casos, la elección se basa en la proyección, pero si las personas son instintivamente sanas no sólo proyectan. Si una imagen paterna o materna no perturba la situación, tienen un instinto sano que las ayuda a escoger la pareja adecuada, y después, incluso si no funciona, terminan aprendiendo algo. Si uno se los impide, no aprenden nada y continúan como cachorros ciegos.
Por eso pienso que las proyecciones o el error y un probable divorcio son a veces una encrucijada inevitable, Es trágico y triste, pero por primera vez en la historia de la humanidad estamos experimentando con el amor libre. Originalmente, como institución, el matrimonio no tenía nada que ver con el amor, Pero no podemos seguir con eso; es demasiado impersonal y colectivo. Por lo tanto, si queremos una relación personal, tenemos que experimentar nosotros mismos. Creo que habrá mucho dolor y sufrimiento -los hombres torturando a las mujeres y viceversa- hasta que despertemos a la posibilidad de relacionarnos mejor.
Es una experiencia única en la historia; empezó con las courts d'amour en Francia, cuando los caballeros podían elegir a su amada y tener relaciones amorosas libres. Pero la iglesia católica de pronto reprimió todo. Había demasiados hijos ilegítimos, complicaciones familiares y problemas de herencia. La tendencia legalista del¡ hombre suprimió todo.
Cuando mis pacientes tienen problemas amorosos, les digo: "Ahora estás en un país pionero". Por primera vez en la historia intentamos que la relación hombre-mujer tenga una base humana, y seguramente habrá muchos errores y problemas al principio.
Los avances de la psicología no pretenden abolir el matrimonio, pero sí hacerlo un poco menos rígido y tiránico, en especial cuando los hijos han crecido. Los niños necesitan una vida familiar unida e intensa, y por lo tanto, los impulsos biológicos en general mantienen unidos a los cónyuges al comienzo del matrimonio, pero después de cierto tiempo esta unidad familiar bien integrada pasa a tener menos importancia. Probablemente este hecho tenga una motivación social. Si la comunidad consiste sólo de pequeñas familias felices y bien integradas, no habrá vida comunitaria en el pleno sentido de la palabra. Habría sólo pequeños núcleos sin relación entre sí que dirían: "Mis hijos son mejores que los tuyos". Por lo tanto, a medida que los hijos crecen, el inconsciente en general no tiende a disolver sino que a relajar el matrimonio, a exigir más libertad para los cónyuges.
En tal caso, voto por cierta libertad para hombres y mujeres Pienso que en el matrimonio debería existir libertad y comprensión mutuas.
¿Y qué pasa con la fidelidad?
Bien, pero primero hay que definir "fidelidad". ¿Es lo que la ley estipula -vale decir, que no puedes acostarte con otra persona, lo que no significa nada? Jung decía que se puede cometer adulterio sólo mirando con amor los ojos de alguien. Eso puede significar más que un lío de cama. Por lo tanto, ¿qué es adulterio? ¿Qué es fidelidad? No creo que ésta se deba definir sólo exteriormente, Para mí, fidelidad quiere decir una lealtad básica a la esencia del otro, una lealtad sin compromiso para con lo más recóndito del corazón del otro. Pero eso no excluye reservarse cierta libertad, o permitir que el otro también la disfrute. Al contrario, aquel que realmente ama a otro, quiere verlo libre, no atado a una correa como un perro.

(M.L. Von Franz)