"En la casa de mi Padre hay muchas moradas..."
(Evangelios)
-Tendrías que ir. Es tu momento, vale la pena y ella va a estar pocos días en la ciudad.
Me fiaba de quien me lo decía, pero ¿una sesión privada de canalización sobre... vidas pasadas? ¿De verdad de la buena que estaba el patio como para meterme en eso?
Fui.
Fui porque estaba -estoy- hasta el pirri de jungianos que no se salen de la veredita del maestro, hasta el pirri de no ir a según qué sitios y hasta el pirri de prejuicios.
Y fui porque, cuando abrí esa tarde mi resobado libro de Jim Marion, me apareció la página en la que cuenta su relación con una canalizadora que le orientó sobre sus reencarnaciones "anteriores" (perdón por lo de "anteriores". Lo del tiempo, aquí, pues como que no, pero de alguna manera hay que decirlo). Y servidora es supersticiosa, y "cree" en la sincronicidad, y gasta runas, y mancias, y eso.
Y porque, como no tengo ni idea de nada, pues por qué no.
Y porque soy curiosa hasta decir basta.
Y porque me dio la gana.
Todavía estoy conmovida.
No sé si lo que allí se dijo tiene que ver con la reencarnación, la telepatía, el inconsciente colectivo, los archivoa akásicos, todo ello, nada en absoluto o lo que fuera o fuese.
Pero la hermosa mujer madura que me acogió era honesta, y creía en lo que estaba haciendo. Y, cuando empezó a hablar canalizándolos a "ellos" (nada de trance. Sólo se relajó, y dos horas de fluida información salieron de su boca), el estilo de lenguaje empleado no tenía nada que ver con el que utilizó antes y después de la transmisión.
Hubo comentarios de una precisión asombrosa sobre mi proceso, mi momento vital y mis circunstancias actuales.
Hubo una descripción general del modelo reencarnacionista, con aspectos y cuestiones que yo desconocía.
Hubo una narración detelladísima de dos vidas "anteriores" (según se me dijo, las que necesitaba conocer para trabajar determinados bloqueos y dificultades que son los que me toca resolver en este momento).
Puedo asegurar que no se trataba de vidas atlantes, ni egipcias, ni tuvieron nada que ver con príncipes, ni principesas, ni personajes famosos, ni héroes o heroínas de la Historia.
Y que fui advertida repetidamente de que las personalidades de las que se hablaba no eran "yo". Eran otras creaciones de mi alma en su continuo camino de conocimiento y desarrollo, y era mi alma la que me estaba demandando, a mí, la que ahora habita este cuerpo, ayuda para "metabolizar" determinadas experiencias complicadas a fin de ganar mayor libertad y sabiduría en ese camino.
Y que esas experiencias difíciles de las otras creaciones de mi alma se relacionan con dificultades de esta vida que soy consciente de estar viviendo.
Y -tal vez lo que más me impactó- que en esas narraciones biográficas aparecían, perfectamente reconocibles, personalidades "anteriores" de seres a los que conozco y que son muy importantes para mí en el aquí y el ahora, con algunos de los cuales he llegado a reproducir en "esta encarnación" situaciones parecidas a (o continuación de) las ya vividas. Materias de las que la medium no tenía manera alguna de saber.
Y que lloré.
Y que todo ello me hizo bien.
¿Que si creo en la reencarnación? Sí. O no. O sí y no. O ni sí ni no. O según cuándo y cómo y de qué manera me pille.
¿Qué más da lo que yo crea ¿Qué más dan las creencias de nadie?
Pareciera, sencillamente, como si...
